Costumbres argentinas
[Por Mario Guerrero | Jefe de Estudios Económicos de Scotiabank]
Las propuestas de Javier Milei podrían cambiar significativamente el rumbo de Argentina, que atraviesa una crisis económica creciente, de resultar electo el próximo 22 de octubre. Su visión de reforma de libre mercado incorpora una reducción significativa del tamaño del sector público (hoy en 37% del PBI), cerrar el banco central (previa dolarización de la economía, de manera similar a lo realizado en Ecuador y Panamá), y restaurar la perdida credibilidad económica.
Sus declaraciones parecen estar buscando abrir un espacio para renegociar las relaciones comerciales con Brasil y China, sus principales socios comerciales.
Devaluación del peso argentino
Recientemente, las autoridades económicas elevaron la tasa de interés (Leliq) de 97% a 118% —a contracorriente a lo que se espera en la región— y devaluaron el peso argentino (ARS) en 20%, pasando de 288 a 350 pesos por dólar (tipo de cambio oficial). El régimen cambiario contempla hasta 15 diferentes tipos de cambio. El FMI habría propuesto una devaluación de hasta 100%, con el fin de que el dólar oficial se acerque al nivel de dólar “blue” (libre), alrededor de 730 pesos por dólar. Mantener el dólar subsidiado tiene un costo, que se refleja en la pérdida de reservas por más de US$11 mil millones en lo que va del año.
Similitud económica entre Perú y Argentina
Argentina y el Perú tienen un punto de partida en común en esta historia. Ambos estuvieron en hiperinflación. En Argentina, la inflación acumuló 786,000%; y en el Perú, 8′700,000% entre 1987 y 1990. Para reducirla, Argentina optó por la fórmula del “ancla cambiaria”, fijando el tipo de cambio en una proporción de un peso igual a un dólar. El Perú optó por el “ancla monetaria”, echando candado a la emisión de dinero (conocida como “maquinita”).
Los resultados fueron similares en un inicio, pero solo uno fue sostenible. Inicialmente, la inflación se redujo en ambos, pero, durante los últimos 20 años, la inflación en Argentina se ubicó en 24% promedio anual con una tendencia creciente, a tal ritmo que este año superaría nuevamente el 100%, no registrado desde 1991, lo que hace temer el retorno de la hiperinflación. La inflación en el Perú se ubicó en 3.2% promedio anual en ese mismo lapso.
Autonomía del Banco Central de Reservas
La diferencia es que el Perú cuenta con un banco central autónomo, que ejerce una política monetaria moderna basada en metas de inflación, con la moneda más estable de la región y una gestión reconocida internacionalmente. En Argentina, el banco central depende las decisiones de los gobiernos de turno. Tal vez por eso, ante la crisis, no ven más opciones que desaparecerlo.